San Cristóbal.

Si dejáramos de crear nuestra propia competencia
el reloj descansaría en calma.
Creamos la amargura en una bomba de 24 horas,
siendo el tiempo infinito.
Esperamos al dolor con los brazos abiertos,
como si fuese nuestro amigo.

Buscamos a la soledad como si nos fuese a acompañar
y enterramos los malos recuerdos como si no fuesen a aflorar.
Ahogamos nuestro cuerpo, siendo que no tiene sed
y respiramos las cenizas envueltas de un usted.

Escondemos los tesoros en baúles,
dejando que la miel se haga sal.
Esperando inmóviles a un milagro,
que no está dispuesto a pasar.

No hay papel por medio

Al final de todo para cada uno tiene un significado distinto, yo me guío por que es un arte. Nadie lo comprende bien excepto el artista y quien lo acompaña. Cualquiera que lo mire desde afuera no lo entenderá nunca. Si acompañan al artista en todo su trayecto si, puede que un poco más, pero ¿y qué?, una gotita de pintura que cayó un día y nos la perdimos, ya significa un corazón lleno otra vez. No entenderán la sensación de que al observar o al leer lo mismo por 38927423897 vez, el alma se estrujará de igual manera.
Para qué nos esmeramos en buscar la respuesta a lo que en realidad no existe. Y si existiece tendriamos que definirlo a cada instante porque esta ligado a un flujo constante de cambios. Cambios que se han demorado generaciones, para saber finalmente que eran tus mismos ojos los que el destino me tenia preparado. Podré verte una vez en mil años, y nada habrá cambiado.