domingo, 27 de junio de 2010

Sauces

Y mirándote a través del vidrio, sumergida ya en un sueño eterno, me dije que eso no podía ser todo. Tengo el recuerdo tan vivo de haber ido de pequeñas al campo a ir a buscar alcachofas contigo y el Tío Martín. Las gallinas, el tractor y los dulces que vendían y que estaban en un ladito después de entrar por la puerta a la derecha. El llanto de la lela, mi mamá y tu ahijada me sobresaltan, y la voz que acompañaba a mi papá perdió fuerzas.
No se puede creer que no haya nada mas después de todo. Es imposible creer que venimos de la nada y que vamos a la nada. Es difícil creer en Dios, y dejar a Dios ser Dios. Porque yo no siempre quiero lo mismo que Tu. Porque no te comprendo, pero aún así tengo fe en ti...  En el cementerio te seguirán llorando los sauces que lo rodeaban y los pajaritos te seguirán cantando aunque tu ya no los escuches. Y mientras tanto, mi recuerdo tuyo se guardará en el baúl de las mariposas que ya dejaron su capullo. 

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